Wednesday, November 27, 2013

Tú, mi casa



Dio un trago a la botella y suspiró mientras escuchaba el crujir de la madera,  fue cuando sintió sus mejillas húmedas y se dio cuenta que lloraba. Un hondo suspiro escapó de sus labios.

Contemplaba cómo ardía aquella vieja casa, con una caja de cerillos en la mano y una botella de Vodka en la otra, el olor a gasolina ardiendo se percibía en el aire, y mientras estaba ahí parada frente a aquella inmensa casa de madera que no tardaría en desplomarse,  un triste sollozo se escuchaba, qué será se preguntó, no se había percatado pero aquel lamento salía de su pecho, acompañado de gruesas lágrimas que rodaban desde sus ojos.

Miró hacia un lado y  de la nada apareció una figura exactamente igual a ella y se encontraba contemplando aquel desastre, pero no parecía angustiada, al contrario, reía a carcajadas y saltaba frente a la escena del crimen.

Sus ojos brillaban cual niña que acaba de hacer una travesura que estaba segura no sería descubierta.
–Está hecho, nadie sabrá qué pasó- no dejaba de gritar con tono malvado.

Mientras lloraba de angustia y desesperación, sabiendo que lo que había pasado cambiaría el rumbo de su historia y que todos aquellos bellos momentos no volverían, no podría estar de nuevo sentada cómodamente en aquel sillón, no podría beber café mientras observaba el tiempo pasar por la ventana, la casa estaba destruida, la casa desapareció, había muerto, y con ella... él.