En este mundo existen diferentes tipos de adicciones, a la cocaína,
a la marihuana, al sexo, al amor, por mi parte mi mayor adicción es al desamor.
El desamor es el motor de mis adicciones, por eso siempre me
enamoro del hombre equivocado, y por eso siempre elijo relaciones complicadas.
Relaciones predestinadas al fracaso y que tarde o temprano,
dejarán un vacio inmenso en el lugar donde debe, justo en medio del corazón.
Yo
soy la típica chica que se enamora del profesor de intercambio, la que se
enamora de algún músico, de un extranjero, pero sólo con el único propósito de
llegar a lo que alimenta mis días; el DESAMOR.
Pensándolo bien, mis relaciones son simples, nos conocemos,
nos enamoramos, nos enojamos y cortamos, lo complicado son mis parejas; celosos,
manipuladores, desempleados, y no olvidemos mujeriegos.
Pero no puedo evitarlo
porque es el desamor lo que mi cuerpo no
puede dejar de consumir.
Un estilo de vida que ya aprendía a aceptar, a comprender, a
amar y que en algún momento también me traerá sin lo que no puedo vivir, mi
adicción, desamor.
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